Vista panorámica desde la cumbre del Meloita |
El bloque del Meloita visto desde el túnel. Nosotros ascendimos por la parte izquierda y, ya llegados a la peña, casi por detrás. |
Después de ascender un tramo, ya en la zona donde empiezan las rocas, descubrimos un hito que nos indicaba que esa era buena ruta para la ascensión. Por el camino fuimos siguiendo los sucesivos hitos puestos por los montañeros y así conseguimos llegar a la cima sin ninguna dificultad. Para orientarse puede servir que desde el punto donde empieza la ascensión entre rocas, tenemos debajo a la vista el pueblo de Aralla. Sin dificultades llegamos a la cima. El día está totalmente despejado y la atmósfera es tan transparente que se pueden ver sin dificultad las montañas más lejanas. Incluso la inconfundible silueta del Espigüete se veía claramente en el horizonte lejano.
Durante todo el camino, tanto en el ascenso como a la vuelta, mi amigo José María me hablaba de las rocas, de las eras geológicas. Que si estas calizas son del cámbrico, pero estas otras son del carbonífero. Que ¡qué extraño es este bloque de calizas oquerosas! Que si esto es de la formación Valdeteja. Donde los mortales vemos una piedra, un geólogo ve una historia interesante. ¡La de cosas que se aprenden!
En la cumbre nos encontramos una nube de hormigas aladas un poco molesta. Instalé la caña que soporta la antena y nos pusimos a comer. Mientras José María exploraba el terreno investigando la historia de las rocas, yo me dediqué a la radio. Al encender el equipo en mi frecuencia favorita, 14.062 está Jiri OK1DXK/P, llamando desde otra cumbre SOTA en la República Checa. Así tengo mi primer QSO del día. ¡Y además un contacto SOTA to SOTA!
El equipo en la cumbre del Meloita |
Atendidos todos los que me llamaban en HF decidí probar suerte en la banda de 6 metros. Conecté la antena y recorrí la banda. Todo en silencio. No escuché ni una miserable baliza. Es frecuente no escuchar nada en esta banda, pero siempre hay que probar porque te puedes llevar sorpresas muy agradables.
Visto que no había nada que hacer en la banda de 50 Mhz. y vista la hora, recogí todos los bártulos. En esto llegó José María que se quedó con las ganas de hacerme una foto en plena faena. ¡Otra vez será! Descendimos por el mismo sitio que subimos mientras mi amigo geólogo seguía considerando las formaciones geológicas y su formación.
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