miércoles, 26 de febrero de 2020

Peña Orvia

Los últimos días de febrero hemos tenido un tiempo estupendo: cielo despejado, sol, sin viento. Es casi un delito desaprovechar días así. Por eso el último domingo de febrero me he ido con mi amigo Javier hasta La Cueta, el pueblo más alto de la provincia. Nuestro objetivo es ascender Peña Orvia, una cumbre de 1823 metros con referencia sota EA1/LE-133. Realmente partimos del lugar llamado Quejo, unos dos kilómetros antes de La Cueta. La carretera es realmente estrecha, encajonada entre rocas y discurriendo paralela a los primeros kilómetros del río Sil. Quejo tiene unas seis casas y es difícil encontrar dónde aparcar el coche por falta de espacio.
Quejo visto desde la primera rampa de ascensión
Cruzando el río por un pequeño puente parte una senda que asciende hacia el norte por el valle de Quejo. Empezamos ascendiendo por el campo. Se supone que hay una senda bien marcada. La localizamos un poco más arriba. En las primeras rampas vemos dos o tres corzos, ¿o son rebecos?, que salen corriendo en cuanto nos ven. Pronto otros ocho o diez se alejan de nosotros hacia las paredes más pendientes de Peña Orvia.

Un poco más arriba localizamos la senda. En su momento fue una senda ancha bien empedrada. Pero ahora en algunos momentos se pierde entre la vegetación que crece. La pendiente es fuerte y el sol nos cae fuerte. Hace calor. Javier va en camiseta de manga corta.
Valle de Quejo casi arriba. A la izquierda se aprecia la senda de subida.
Llegamos al collado que lleva a la ladera norte. Estamos a más de 1600 metros de altura y tenemos el pico muy cerca. Una vez más la senda desaparece. Nos acercamos a una pequeña colina debajo de la cumbre. Vemos a cuatro personas que vienen por otra senda, desde el este, hacia nosotros. Ahora vemos que la senda sigue por la ladera norte, bastante más abajo que nosotros. Decidimos ascender por la directa, entre las rocas, casi derechos a la cumbre.

Vemos que los otros cuatro montañeros siguen la senda correcta. Es posible que vayan a la misma cumbre que nosotros, pero con un rodeo. Nosotros ascendemos sin problemas entre las rocas. Pronto tenemos la cima a la vista.
A la derecha está Javier, por delante de mí. Al fondo Peña Orvia.
La ascensión ha sido muy rápida, exactamente hora y media, con 450 metros de desnivel. Estoy bastante cansado. El cielo está totalmente despejado, ni una sola nube. Al este y al sur tenemos las cumbres más fuertes: el Mortihuero, Picos Blancos y diversas cumbres desconocidas para mí. Al noroeste el Cornón con un buen nevero, poco más abajo el Muxiven. Nuestra cima es amplia, con una ligera pendiente hacia el norte y un fuerte cortado al sur. ¡Un sitio y un día fantásticos!

Enseguida me pongo a instalar mis trastos. Sobre una piedra vertical grande y bien sujeta, puede fijar la caña que soportará la antena. Hay sitio de sobra para desplegar la antena. Encuentro un lugar cómodo para instalar la emisora. Pronto puedo empezar a llamar en la banda de 20 metros.
Atendiendo a los corresponsales en lo alto de Peña Orvia
A las primeras llamadas recibo contestación desde Estados Unidos: K3TCU, Gary, desde Pennsylvania. ¡Buen comienzo! Los siguientes corresponsales ya son europeos: Suecia y Bélgica. De nuevo otro americano: AC1Z, Robert, en New Hampshire. En algún momento hay un poco de jaleo, pero no hay muchas estaciones. Las señales que me pasan son débiles. Pronto me quedo sin corresponsales en la banda.

A todo esto, tras lanzar mis primeras llamadas, han llegado a la cumbre los otros cuatro montañeros. Resultan ser dos matrimonios de Bembibre. Mi compañero Javier les atiende. Dicharachero, como ellos, les explica lo que hago. Pronto encuentran un amigo común sobre el que conversar.
Otra vista de mi instalación en la cumbre de Peña Orvia
Antes de dejar la banda de 20 metros, poco concurrida, exploro en busca de otros activadores sota. Están anunciados en el clúster, pero solo consigo contactar con E70AA/P, Zoran, en Bosnia Herzegovina, en la cumbre E7/BO-242. ¡Ya tengo un QSO de sota a sota!

Me voy a la banda de 40 metros. ¡A ver si hay más suerte! Veo en el clúster que hay actividad sotera también en esta banda. En concreto está EA4DOS, Elena, desde una cumbre de la sierra de Madrid. La escucho con muy poca señal y con desvanecimiento. Tiene muchos corresponsales, no me escucha. ¡Mala suerte! Me pongo a llamar. La primera respuesta es desde Alemania: DL1FU, Friedrich. Después de contestan desde Portugal, Italia, Suiza. También unos cuantos españoles.
Mi FT817 en Peña Orvia
Entre los corresponsales escucho a EA1S, el nuevo indicativo de Marco, desde León. En esta banda hay más actividad y mejores señales. Bastantes españoles. Pero tampoco demasiado jaleo. Poco antes de las dos y media apago la emisora. Es hora de comer.

Los de Bembibre se han traído vino y chupitos, que comparten con generosidad. A los pocos minutos veo en el clúster que EA2IF, Guru, está activando una cumbre en Navarra: EA2/NV-119, San Cristóbal. No se puede despreciar un QSO de sota a sota. ¡Y menos todavía si es con mi amigo Guru! Enciendo un momento la emisora. Ahí está. En dos o tres llamadas consigo que me conteste. Sé que se llevó una alegría. Apagué de nuevo la emisora y seguí con la comida.

Antes de recoger, estoy otro rato en la banda de 40 metros. Me contestan algunos españoles más. Veo en el clúster a EA2GM/P, Javier, que está activando en Asturias. Su cumbre es EA1/AT-076, Pienzu, cerca de Colunga, a 1160 metros de altura. Le escucho con una señal débil, pero suficiente. Pronto completamos el comunicado. Ya van tres QSO de sota a sota.
Cumbres cercanas al sureste: la pirámide es Picos Blancos. A la derecha Peña Salgueiro
Entre los últimos corresponsales destacan Agustín, EA1AV, que llega bien desde León; y CT7/K9PM, Paul, un americano que reside en la costa portuguesa. Finalmente completé 38 QSO: 9 en la banda de 20 metros y los 29 restantes en la banda de 40 metros. Poco antes de las tres y media apagué definitivamente y empecé a recoger.

Los de Bembibre ya habían partido buscando nuevas sendas. Nosotros descendimos por la senda que ellos habían usado para la ascensión. Es más sencilla, pero supone un buen rodeo y un tramo de pequeña ascensión hasta el collado. Durante la bajada intentamos seguir el camino. En la parte más baja está impracticable, cerrado por la vegetación y el agua.

Hora y cuarto nos llevó el descenso. El sol sigue pegando fuerte. Una jornada de montaña y radio muy gratificante.

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