lunes, 16 de enero de 2023

SOTA Pico del Hoya

 Tenía que gastar un día de vacaciones antes de fin de enero. Así que esperé un día con buena previsión de tiempo antes de que volvieran las lluvias y la nieve. Hace tiempo que tenía en cartera el Pico de la Hoya, EA1/LE-250, de 1686 metros de altura. Aunque se puede subir desde varios sitios, me pareció que la ascensión más sencilla sería desde Lois. Desde este pueblo parte una pista que lleva hasta Reyero y pasa por un collado que te deja muy cerca de la cumbre. También podría ascender desde Reyero, más cerca en coche de León. Pero Lois está 100 metros más alto. ¡Ese desnivel que me ahorro!

Panorámica desde le Pico de la Hoya

Partí solo en el coche, y nada más salir de León encuentro niebla. No muy densa, pero que impide ver el paisaje a más de 200 metros y obliga a conducir con más prudencia. Sigue así todo el camino. ¡No parece un día muy agradable para hacer una excursión! Afortunadamente, nada más pasar Cistierna, la niebla desaparece y queda un cielo azul, sin apenas nubes. ¡Vaya cambio!

Para llegar a Lois, hay que tomar un desvío de la carretera que va Riaño y recorrer ocho kilómetros por una carretera virada que, en su mayor parte, impide que pasen dos coches. Se hace largo este desvío. Llegué por fin a Lois. Es un pueblo completamente extraordinario: muchas casas de piedra magníficas, una iglesia que recibe el sobrenombre de "la catedral de la montaña", una cátedra de latín durante dos siglos... ¡Nadie espera encontrar nada de esto en un pueblo tan apartado!

A la izquierda, el Pico de la Hoya al inicio del camino

En medio del pueblo parte una pista hacia el oeste que me llevará a mi destino. Esta misma noche ha llovido y, en muchos tramos, la pista tiene bastante barro. Enseguida veo mi objetivo. Es una cumbre redondeada destacada. El día es bastante frío, unos tres o cuatro grados. Pero el cielo está despejado casi por completo y luce un sol muy bajo que apenas calienta, pero alegra el camino. La pista sube por una pendiente suave, con algún descenso ocasional. Tengo que cruzar algún pequeño arroyo. Avanzo sin prisas. El silencio es impresionante.
A la izquierda Pico de la Hoya. Collada de Reyero y, a la derecha, collada de Linares

Sigo la pista sin más incidencias que los tramos ocasionales de barro. Me acerco a mi objetivo. Ante mi tengo: a la izquierda el Pico de la Hoya, más a la derecha, la collada de Reyero, un pico y más a la derecha la collada de Linares. La pista sigue hacia esta última collada, que es algo más alta. Esto me obligará a rodear por algún lado el pico que hay entre las dos colladas. Podría buscar una senda que me lleve a la collada de Reyero, pero no lo veo claro. Habitualmente es mejor seguir los caminos más usados. Así que decido ascender la collada de Linares y después buscar el camino a la cima. Aunque sea más largo, suele ser más sencillo. La pendiente se hace ahora más fuerte.

Acercándome a la collada de Linares. La pendiente se hace más fuerte

Si vuelvo la vista hacia atrás, al valle, el panorama es precioso. Reconozco muchos picos que ya he ascendido: el pico Lázaro, la Trapa, Llerenes, las Pintas. Detrás de estos está el paredón del pico del Mediodía, con sus antenas, todavía sin activar. A mis pies un valle muy verde y abajo del todo el pueblo de Lois. A mi derecha, veo la pista que asciende hasta el Carbonera, otro pico sin activar que está en mi agenda. Un esfuerzo más y me sitúo en lo más alto de la collada de Linares.

En lo alto de la collada de Linares. Más montañas en el horizonte

 Una vez en lo alto del collado se abre una nueva vista al suroeste. Encuentro otra sucesión de montañas en todo lo ancho del horizonte. Hago una parada para descansar. La pista que había seguido hasta arriba casi se pierde. Por el lado izquierdo continúa, pero perdida en parte por el césped. Sigo el camino. Durante este tramo hay abundante barro, pero ahora está congelado y me permite avanzar sin problemas. Pronto conecto de nuevo con la pista que baja hasta el pueblo de Reyero. Ahora tengo ante mí la cima del Pico de la Hoya. ¡Ya estoy cerca!

La pista que baja a Reyero. De frente: mi objetivo. La collada de Reyero a la izquierda

Tengo que descender un poco hasta llegar a la altura de la Collada de Reyero. Quizá descienda por aquí, me ahorraré un tramo importante de ascenso... Ahora continúo por la ladera hacia la cima. No veo un camino claro. Hay algunas retamas, pero se puede avanzar sin problemas. Por fin llego a una zona despejada desde la que veo la cumbre cerca. Avanzo paralelo a una cerca de alambre de espino. En un determinado momento tengo que cruzar esta cerca y en cinco minutos más llego a la cima. La ascensión me llevó exactamente dos horas. Yo pensaba subir en hora y media. Ha sido más de lo planeado.

Vista hacia el sureste. Se aprecia el embalse del Porma. Destaca el pico Susarón a la derecha

La cima es amplia con rocas y algo de césped. Estoy rodeado de montañas por todas partes. Ya las había visto en el ascenso. Pero ahora me sorprende ver el agua del embalse del Porma. Reconozco muchas cimas. Destacan, al sur la Camperona con sus antenas. Al oeste el Susarón. Más cerca, tengo el Pico Carbonera, una sota muy próxima pendiente de activar. Una pista, desde Lois, sube hasta muy cerca de la cima. Al norte las cimas ya citadas antes. Quiero ponerme pronto en el aire por si consigo QSO con Alejandro y Elena, EA4DON y EA4DOS que están activando en Burgos. ¡Llegué tarde! Ya habían recogido.

Encuentro rápidamente el modo de desplegar la antena

Localizo una roca con una hendidura apropiada para sujetar la caña sin más ayuda que una piedra grande. Despliego la antena. Antes de ponerme en HF recibo en el talky una llamada de Rubén, EA1IC. Está en el coche en movimiento, pero podemos hablar sin problemas. Aprovechando la circunstancia me llaman otros dos colegas de León. ¡Ya tengo 3 QSO en la cumbre! Me comentan que en León está el día muy oscuro cerrado de niebla. En efecto, desde la cumbre veo que la niebla sigue instalada en la meseta. Una línea horizontal de nubes bajas se aprecia a lo lejos.

Antena en la cima. A la derecha se observa la niebla baja

Me pongo en la banda de 20 metros. Ahora mismo no hay nadie activando, la banda está bastante libre. A las primeras llamadas me responde DL8TG, Klaus, desde Alemania. Enseguida se forma un buen lío de gente llamando desde toda Europa. ¡Hacía tiempo que no tenía tanta concurrencia!

Mi equipo listo en el Pico de la Hoya

Estoy un buen rato atendiendo a todos los que me llaman. Hoy la actividad está muy divertida. No recibo ninguna llamada de sota a sota. Pasado el gran lío, sí que recibo algunas estaciones curiosas que llegan muy flojito: EA2DT, Manuel, desde Pamplona; EB2CZF, José, desde Vizcaya; EA1DMP, Miguel Ángel, desde Ávila; EA1IC y EA1AV, desde León. No es frecuente escuchar estaciones tan cercanas en esta banda. Atendidos todos los corresponsales, voy a cambiar a la banda de 40 metros. Antes, busco en el clúster por si hay alguien activando en el mundo. Encuentro a HB9BAB/P, Juerg, en una cumbre de Suiza. Me pongo en su frecuencia y pronto conseguimos completar el comunicado. ¡Ya tengo el codiciado QSO de cumbre a cumbre!
A la izquierda el pico Carbonera. Pendiente de activar. Detrás se intuye la nieve sobre el Mampodre

Me paso a la banda de 40 metros. El primero en responderme es mi amigo Agustín, EA1AV. Esta vez llega muy fuerte. Pronto me responden algunos de los habituales: EA7GV, José, desde Granada; EA1DMP y EA2DT, de nuevo. Me hace ilusión escuchar de nuevo a Ignacio, EA2BD, desde Pamplona. También me llaman desde Francia, Italia o Suiza. Pero en esta banda no hay mucha actividad. Pasadas las dos y media de la tarde y atendidos todos los corresponsales, apago el equipo. Antes de recoger todo, hago una llamada más con el talky en la banda de 2 metros. Esta vez me responde Javier, EA1AFB, que acaba de llegar a casa. No hay más. Toca recoger todo.
Visión hacia el noreste: abajo Lois, detrás cumbres sota cercanas

Recogido todo, emprendo el descenso. El primer tramo es sencillo: desandar el camino de ascenso hasta llegar a la collada de Reyero. Aquí busco un posible paso que me sirva de atajo. Parece que hay camino. Bajo por allí. Es una torrentera con una pista a la derecha. Un poco más abajo veo una senda de ganado que avanza hacia la izquierda, hacia la pista por la que subí. Me arriesgo a tomarla. Es una senda estrecha y muy embarrada. Pero parece segura. Avanzo entre retamas y espinos, pero no hay peligro. No parece un camino apropiado para ascender. En algunos tramos es bastante empinado. Sin dificultad llego a la pista por la que subí. Sin duda he tomado un atajo que me ha ahorrado un tiempo y una caminata más larga.
Ya he llegado a la pista de ascenso. Ahora todo seguido hacia abajo

Ya en un sitio seguro y al sol mortecino de la tarde, paro a comer con tranquilidad. El resto del descenso no tiene más aventura. Es seguir la pista por la que subí por la mañana. Realmente ha sido un día fantástico: buen tiempo, paisaje precioso y una activación fructífera. Completé 49 QSO: 11 en la banda de 40 metros, 34 en la de 20 metros y cuatro más en la de dos metros. Y ya tengo claro que el pico Carbonera es asequible desde Lois.

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