Bonita vista hacia el sur. A la izquierda parte del dipolo. |
El camino es directo hasta la cumbre. No hay más que seguir la carretera. Es poco romántico, pero es el único camino. Las zonas de sombra de la carretera tienen una ligerísima capa de nieve. Hacia el norte hay unas nubes amenazando nieve. En el sur a ratos luce el sol y hace el día algo más agradable. A ratos, rachas de viento traen nieve helada.
En algo menos de una hora estoy en la cumbre. Allí hay unas instalaciones impresionantes: Telefónica y otras empresas de telecomunicaciones tienen allí todo tipo de edificios, antenas y torretas. Algunas abandonadas. Además en la cumbre hay carteles informativos del paisaje y unos escalones de piedra muy adecuados para instalar los equipos.
Parte de las instalaciones del Cueto Rosales |
Casi a la hora prevista empiezo a llamar CQ SOTA... A la tercera llamada me responde Roy, G4SSH en Londres, que siempre está atento a los SOTAs en CW. A continuación empieza el jaleo: todos llaman a la vez. Entre los pitidos escucho un N1... Le doy paso. A la tercera consigo identificar su indicativo entre los de los indisciplinados que siguen llamando, es Barry N1EU desde el estado de Nueva York. Me llega con bastante buena señal: 559. Hay que tener en cuenta que Barry tiene una antena directiva de tres elementos. Y eso se nota.
A continuación sigo lidiando con un buen pile-up de estaciones europeas. Muchos ya conocidos, pero también hay bastantes estaciones que son nuevas para mí. Al revisar por la noche sotawatch, advierto que me ha anunciado una máquina: RBNGate. RBNGate es un ordenador pilotado por KU6J que recoge los datos de Reverse Beacon, localiza a los que llaman CQ SOTA... y los anuncia en sotawatch. ¡Una gran idea!
Estuve algo más de media hora para contestar a todos los corresponsales. Conseguí 25 contactos. Con tranquilidad, cómodo sobre el escalón de piedra y disfrutando de la radio como hacía tiempo que no disfrutaba. En algunos momentos caiga algo de nieve helada, pero para eso había protegido el equipo con un plástico por encima. No hubo problemas. Como era muy pronto, estuve un rato llamando en la banda de 10 metros y buscando corresponsales, pero no conseguí nada.
Como el tiempo no estaba asegurado, preferí recoger todo y descender rápido. Así tendría tiempo de resolver temas pendientes por la tarde. El descenso hasta el coche fue muy rápido, media hora aproximadamente. Decididamente a este sitio hay que regresar.
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