lunes, 29 de mayo de 2017

Peña Rionda a la segunda

Esta semana he conseguido activar Peña Rionda. Es mi segundo intento. En enero lo intenté, pero equivoqué el camino y tuve que dejarlo. Esta vez me he podido quitar la espina. Con el recorrido, en principio, bien estudiado partí de Ocejo de la Peña pasadas las diez de la mañana. Subo con calma por el camino previsto. Esta vez encuentro sin problemas el punto en el que el camino se desvía y pronto llego a un paso tallado entre rocas que me lleva a unas praderías altas al pie de Peña Rionda y el Pico Moro.
Camino a Peña Rionda
Camino que lleva a las praderías al pie de los picos. Al fondo Peña Rionda. Foto hecha por la tarde.
Pronto estoy paseando en un valle amplio rodeado de vacas entre pastos verdes y arroyos con agua. El lugar es muy bonito y tranquilo. El día está totalmente despejado y hace bastante calor. Sigo camino hasta llegar al collado Argovejo. Desde aquí había observado que algunos subían la cumbre por la ladera norte. Así que, tras un descanso, seguí por las sendas de esta ladera. Se trata de una ladera herbácea con una pendiente muy fuerte.
Senda por la ladera norte de Peña Rionda. El pico está a la izquierda arriba.
Llega un punto en que me toca ascender por la fuerte pendiente. Poco a poco llego hasta un collado. Después me doy cuenta de que voy en la dirección equivocada. Tengo que retroceder y buscar un camino hasta la cumbre. La pendiente es muy fuerte y el camino no está claro. Menos mal que llevo el GPS para saber dónde debo llegar. Hay que hacer algunas breves trepadas entre rocas que se desmenuzan. Conviene ir con cuidado.

A eso de la una llego por fin a la cumbre. Las vistas son realmente espectaculares. Al sur tengo Peñacorada, al norte Las Pintas y otras cumbres cercanas a Riaño, un poco más allá el macizo del Mampodre, en otro lado Picos de Europa, al este el Espigüete. Curiosamente a unos 150 metros más al oeste tengo otra cumbre de la misma altura. Según sus coordenadas esa es Peña Rionda, pero en mi cumbre hay un cartel indicando que estoy en mi objetivo.
Claramente estoy en Peña Rionda
Enseguida instalo la antena sobre la fijación del buzón montañero. Esta vez, además de la antena de 20 y 40 metros, instalo la antena de la banda de 6 metros. Estamos ya en época de esporádica y hay posibilidades de comunicados interesantes. Antes de ponerme a llamar en telegrafía, hago unas llamadas con el talky en la banda de dos metros. Me contesta Fernando, EA1GM, un viejo amigo con el que hacía años que no hablaba.

Por fin me pongo en la banda de 20 metros. Hay algunos corresponsales desde otras cumbres de Noruega, Alemania o Suiza, pero no consigo que me escuchen. Busco una frecuencia libre y me pongo a llamar. Tras unos cuantos CQ, el primero que me contesta es DL3HXX, Lothar, desde Alemania. Después me llama RW3XZ, Alex, desde Rusia con unas señales excelentes. Van contestando corresponsales de toda Europa. De todas formas la propagación está mal: mucho ruido en la banda y las señales se desvanecen profundamente con facilidad. No es cómodo trabajar así.
Mi equipamiento en lo alto de Peña Rionda
Entre los corresponsales tengo a N1GB, George, desde Vermont, en el noreste de Estados Unidos. Cuando me canso de la banda de 20 metros, paso a la de 40 esperando corresponsales españoles. De todas formas el primero en contestar es un inglés G4RGV, Jon. Pero, efectivamente, me salen dos españoles: EA2LU, Jorge, desde Pamplona y EA1AV, Agustín, desde León.

Tras mucho trabajo también consigo en esta banda tres QSO con corresponsales en otras cumbres de Europa: LZ1GV/P, Dimiter, desde Bulgaria; G0HIO/P, Michael, desde Inglaterra y HB9CGA/P, Ulrich, desde Suiza. Parece que la banda de 40 metros está mejor, pero también es difícil trabajar bien en ella.
Ya son las dos y media y hay hambre. Paro a comer. Vuelvo a hacer unas llamadas en la banda de dos metros. Por fin me contesta Agustín, EA1AV, siempre pendiente de mis excursiones. Acabada la comida, como considero que me queda tiempo, me pongo en la banda de 6 metros para hacer unas pruebas. Escucho, hago un montón de llamadas, me anuncio en el clúster... Nada. La banda está cerrada. No es la ocasión. Son las cuatro menos cuarto de la tarde y me queda un descenso fuerte. Toca recoger.
La emisora en lo alto de la cumbre.

Si la ascensión tuvo sus complicaciones, el descenso no será mejor. Desde lo alto localizo un valle por el que se puede bajar. En el descenso me encuentro que la pendiente es realmente muy fuerte, aunque no hay peligro, hay abundante hierba y no hay rocas. A media bajada veo en el fondo del valle un rebeco que va avanzando a grandes saltos. ¡Qué maravilla! Finalmente llego a la senda que me lleva al camino de vuelta. El regreso hasta el pueblo no tiene más complicaciones. Solo es seguir el camino.

Ha sido una excursión exigente. Aunque la propagación ha estado complicada, he podido completar 22 comunicados. Está bastante bien. Ya tengo 105 activaciones válidas en 98 cumbres distintas. Mi objetivo para este año es completar cien cumbres distintas en telegrafía y llegar a los 1.000 puntos. ¡Ya queda menos!

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