miércoles, 26 de julio de 2023

SOTA La Atalaya de nuevo

 El pasado sábado, después de atender diversos compromisos en Lugueros, subí de nuevo La Atalaya. Una cumbre sencilla, en principio, con referencia sota EA1/LE-184 y 1440 metros de altura. Ya la había subido en agosto de 2012, así que no hay problema. El camino más breve, conocido por mi desde hace muchos años, parte del comienzo del trasvase entre el río Curueño y el Porma. Un puente cruza sobre el canal y por el fondo del valle de Valdemaría llegas al sureste de la cumbre, el punto más sencillo para ascenderla.

Mi punto de inicio de la ascensión. Trasvase Curueño-Porma

Pero hacía muchos años que no cruzaba este valle tan estrecho. La última vez, hace ya once años, creo recordar que no presentó grandes dificultades. Y muchos años atrás era una camino bien marcado. Ahora, por falta de uso, la vegetación ha cerrado la senda casi del todo. Zarzas, retamas, diversas plantas han colonizado el fondo del valle haciendo muy dificultoso el avance. Son solo 500 metros de recorrido, pero solo por mi cabezonería pude llegar a mi destino. Hay gente que piensa que esto está bien. La naturaleza "recupera" su terreno. Yo pienso que es una pérdida. Mantener sendas permite disfrutar de la naturaleza y facilita cuidarla en caso de necesidad. Los hombres estamos para cuidar la Tierra, no para dejar que lo invada todo descontroladamente como un cáncer. Todo con orden y cuidado, lógicamente.

Tras no pocas dificultades, llegué a la ladera sureste que está despejada de vegetación y permite una ascensión muy directa. Aunque, la pendiente es bastante fuerte. Recuerdo que la vez anterior me sorprendió el esfuerzo de ascender esta cumbre aparentemente sencilla. Esta vez voy prevenido.

Ladera sureste para ascender La Atalaya

Son algo más de las cuatro de la tarde. Aunque no hay dificultad, el esfuerzo de la ascensión por esta pendiente fuerte, se hace algo penoso. Hace calor y por este lado no sopla nada de viento. Una vez ascendida la ladera, con esfuerzo, pero sin dificultad, llego a una cresta desde la que, al sur, se contempla el valle del Curueño. Aquí sopla una ligera brisa bastante agradable. Muy cerca, al oeste, el valle que baja por la ladera este del imponente Bodón.

A la izquierda el valle del Curueño. A la derecha el mole del Bodón

Ahora tengo al norte la cumbre. Este tramo es rocoso, con peñas muy quebradas y que requiere un avance más cuidadoso. Quedan casi cien metros para la cumbre. Avanzando con precaución se llega pronto a la cumbre. Es una cresta rocosa de este a oeste. No hay mucho espacio. Los restos de una antena de televisión pueden servir de apoyo a la antena. Conozco muy bien todo este valle desde hace muchos años, así que ya se lo que voy a encontrar. Al norte, al pie de la cumbre, el pueblo de Tolibia de Abajo, un poco más allá Lugueros. Después el amplio valle del Curueño. Al fondo las cumbres del puerto de Vegarada que limita con Asturias y que traen las nubes. A la izquierda el valle de Llamazares y a la derecha el valle de Valdemaría. Al sur el valle del Curueño.

Panorama completo desde La Atalaya. A la izquierda el Bodón

Lo primero es buscar dónde apoyar la antena. Un arbusto en la cima tiene un tronco suficientemente robusto para soportar la caña, incluso con algo de viento. Un extremo de la antena queda amarrado a la vieja antena de televisión y el otro a una piedra. Encuentro un lugar muy apropiado para acomodarme. 

El valle del Curueño al sur, con su carretera. Al sur de La Vecilla hay un incendio

Antes de ponerme a llamar en la banda de 20 metros, miro el clúster por si hay activadores. En efecto, está LZ1GJ/P, Jany, en Bulgaria. Me pongo en su frecuencia y apenas le escucho. Su señal es muy débil. Tiene corresponsales. Le llamo varias veces, pero no me escucha. Desisto. Me pongo en una frecuencia libre y empiezo a llamar. La primera respuesta viene de Alemania, DL1FU, siempre atento y llegando fuerte. Poco a poco me van llamando desde toda Europa: Bélgica, Francia, Suecia, Italia. Casi todos llegan bastante débiles y me pasan un reporte también flojo. 

La antena a contraluz con el Bodón al fondo

Algunos llegan tan débiles que cuesta escucharlos. Más de un corresponsal me pasa reporte de señal 519 o 419. Decididamente hoy no están bien las condiciones en esta banda. En todo caso, llego a comunicar con José, EA7GV en Granada. Es uno de los que me pasa 519. ¡No está mal! En veinte minutos conseguí 14 QSO con toda Europa. A todo esto, escucho unos tambores muy cerca de mí, al otro lado de la cumbre. ¡Nadie sube por ese lado! Resulta ser una charanga en Tolibia, que celebra sus fiestas. 

El extremo de la antena sobre el valle del Curueño

Es momento de pasar a la banda de 40 metros. Busco frecuencia libre y a las primeras llamadas me responde Agustín, EA1AV, que en la banda de 20 metros no me escuchaba, pero aquí llega muy bien. A continuación me responde también Rubén, EA1IC. Enseguida me van respondiendo de toda España. Y en esta banda las señales son fuertes de verdad. Algunas respuestas vienen de otros puntos de Europa: Francia, Italia e Inglaterra. Esta banda sí que está hoy con buenas condiciones de propagación y divertida. En 25 minutos completo 25 QSO. ¡A uno por minuto!

Mi equipo en La Atalaya

A eso de las seis y media, habiendo atendido a todos los corresponsales, apago el equipo. Recojo y empiezo el descenso. El primer tramo rocoso lleva su tiempo y su cuidado. Una vez llegado a la ladera, casi libre de rocas, el descenso es mucho más rápido. Esta vez voy a regresar por el lado norte de la montaña. Es un rodeo, pero no tiene ninguna dificultad, está todo perfectamente despejado. 

Ladera de descenso. Regresaré por la pista de la izquierda que lleva a Tolibia

Una vez descendida la ladera sin dificultad, tomo la pista que hay a la izquierda que lleva hasta el pueblo de Tolibia. ¡Quizá me sume a la fiesta! Es una pista amplia en muy buen estado por su uso ganadero. Una vez en la pista, avanzados unos centenares de metros, encuentro un edificio en ruinas. En su momento este edificio intentó usarse como base para explotar turísticamente unas cuevas que hay en la ladera. La de más arriba, tiene unas salas realmente magníficas. Pero el acceso no es sencillo. Finalmente solo pusieron en uso turístico las cuevas de Llamazares y estas quedaron abandonadas.

Las cuevas de Tolibia no están abiertas al público

Sigo avanzando por la pista. Es casi llana y pronto llego a un desvío que me lleva a la carretera. Definitivamente, este es el camino más adecuado para acceder a La Atalaya. Tengo que seguir por la carretera como un kilómetro más hasta llegar al punto donde dejé el coche. Por el camino descubro los restos casi perdidos de un antiguo puente que formaba parte de la calzada romana que recorría el valle.

La tarde terminó sin más incidencias. La activación me permitió completar 39 QSO con toda Europa.

Mapa de comunicados

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