viernes, 10 de noviembre de 2023

El Suspirón invernal

 Después de casi un mes de lluvias constantes, aprovecho un día con previsión de tiempo más o menos satisfactoria, para volver a la montaña. Me tomo libre un martes y me acerco hasta Barrio de la Puente para ascender el Suspirón. Su referencia sota es EA1/LE-235, y tiene una altura de 1829 metros. A priori es una ascensión sencilla. Desde el pueblo hay una pista que pasa muy cerca de la cima. La previsión de tiempo es que llueva a primera hora de la mañana, pero sin precipitaciones hasta la tarde. No habrá problema.

Inicio de la ascensión. Nieve espolvoreada en los altos

Dejo el coche en la plaza del pueblo. A la salida, un cartel explica la ruta que voy a seguir. Está bien señalizada. ¡No habrá dificultad! Encuentro una pista de tierra con grava. Las abundantes lluvias hacen que en muchos tramos encuentre bastantes charcos. Incluso por ella baja una corriente de agua. Enseguida escucho a mi lado derecho un torrente de agua bastante caudaloso. Pronto paso sobre él. La pendiente se hace ahora un poco más pronunciada, pero en ningún caso dificultosa.

Vista hacia atrás. A los lados de la pista: abedules y retamas

A los lados de la pista hay abundantes abedules, amarillos por el otoño y retamas. Más arriba encuentro también fresnos y robles. La pista sigue ascendiendo suavemente. A lo lejos, las montañas están espolvoreadas de blanco por una ligera capa de nieve. Al fondo del valle, a la izquierda está la cima. Una nube impide verla con claridad.

A medida que voy ascendiendo, voy encontrando algunas manchas de nieve en la propia pista. Unas pocas vacas huyen de mi presencia. Detrás, hacia el norte, el cielo está despejado, incluso luce el sol. En cambio ante mí, en la parte más alta, las nubes siguen cubriendo el cielo.
La pista de ascenso se va cubriendo de nieve

A medida que voy tomando altura, la pista se va cubriendo de nieve. Primero sobresalen unas rodadas, pero con la altura se va cubriendo entera de blanco. La capa de nieve es muy delgada, unos dos centímetros. De vez en cuando caen algunos copos muy finos. El recorrido no es breve, casi seis kilómetros de distancia y seiscientos metros de desnivel.

Por fin, llego al collado, ya cercano a la cumbre. Ahora todo está cubierto de nieve. Una capa de unos tres centímetros. En todo caso, camino sin dificultad. La niebla me impide ver la vertiente sur. Los árboles y las retamas tienen un aspecto imponente. Sobre ellos se ha congelado la niebla, formando una capa helada llamada cencellada.
Retamas y árboles con cencellada. Al fondo, entre la niebla, el Suspirón

Avanzando hacia la cumbre encuentro un pequeño grupo de caballos. ¡Son capaces de sobrevivir en estas condiciones! La pendiente de la pista es ahora muy suave. Sigo avanzando hacia mi objetivo. Algunas plantas tienen una capa de hielo enorme.
Ramas con gran cantidad de hielo

Estoy en la ladera norte de la cumbre. En el cartel del pueblo vi que el ataque a la cima es justo al norte de ella. Me fio del GPS y llego hasta el punto más alto del recorrido. Es el trayecto más cercano a la cumbre y con menos desnivel. Pero esta ladera está cubierta de retamas y con abundante nieve. No he traído polainas. No esperaba nieve, o no esperaba tanta. Este tramo va a ser complicado y me voy a mojar. ¡Mala suerte!
Último tramo hasta la cima. ¡Me voy a mojar!

Voy buscando las zonas más despejadas. La nieve no cubre mucho, pero hay que pasar en ocasiones entre las retamas, y ahí sí que hay una capa más gruesa de nieve. El ascenso es más sencillo de lo que pensaba, y la distancia no es mucha. Encuentro algunos hitos grandes que me sirven de guía. Pronto tengo ante mí la cumbre: un vértice geodésico helado, un buen montón de piedras y un mástil.
Objetivo a la vista

He llegado sin dificultad y aparentemente solo se han mojado los bajos del pantalón. No ha sido complicado. Dos horas de ascensión. El montón grande de piedras me servirá de parapeto para protegerme del viento. Por cierto, esperaba más viento, pero apenas sopla ligero. Me pongo una capa más de abrigo, voy a estar un buen rato parado. En el lado sur de la cumbre hay un panel fotovoltaico y una batería. El mástil está bien fijado en el suelo y será un soporte perfecto para mi antena. Seguramente, durante el verano, hay aquí algún repetidor, o dispositivo electrónico. Ahora no hay nada.

El camino ha sido bonito, pero por la niebla no tengo visibilidad ninguna. Así que me pongo a la faena. Instalo el mástil de fibra y despliego la antena. La nieve no cubre mucho, pero hay que caminar con cuidado entre las rocas nevadas.
La antena desplegada sobre el Suspirón

Me pongo al abrigo del montón de piedras y preparo los equipos. Tengo que ser cuidadoso para evitar que se mojen entre la nieve. Decido empezar en la banda de 20 metros. Aquí tengo buena cobertura de móvil. No veo en el clúster activadores a esta hora, así que me pongo a llamar. A los pocos intentos me responde OE7PHI, Jans, desde Austria. Enseguida me van llamando de toda Europa. Pronto se forma un buen lío de todos llamando a la vez. Hoy las señales son fuertes y estables en general, pero algunos llegan más flojo.

La mayoría de los corresponsales son los habituales en las activaciones. Pero de vez en cuando hay algún indicativo nuevo. Esto de sota va progresando a más de forma evidente. La primera respuesta desde España es de José, EA7GV, desde Granada. Llega muy fuerte, como es habitual. Me consta que tiene buenas antenas. Me responden tres españoles más: EA3BE, Francisco, desde Barcelona; EA2DT, Manuel, desde Pamplona y EA1AAP, Fernando, desde La Rioja.
El vértice geodésico y el mástil

Mientras estoy atendiendo a mis corresponsales en CW, escucho por el talky a Rubén, EA1IC, llamándome en la banda de dos metros. Lanzo un QRX y le atiendo. Llega bien, como siempre. Esta cumbre es un lugar propicio para sus experimentos. Vuelvo a los corresponsales de CW. Me siguen llamando de toda Europa.

No estoy mal en esta cumbre. Sentado sobre una piedra grande y relativamente cómodo. Solo que de vez en cuando caen algunos copos finos de nieve y me mojan la libreta. Voy bien de tiempo y no me preocupan las inclemencias. Sigo atendiendo corresponsales. Me siguen llamando sin parar. Hay nuevos españoles: EA2BO, Raúl, desde Vizcaya; EA4HH, Manolo, desde Madrid, muy fuerte. En un momento de calma escucho muy débil a Agustín, EA1AV, en León. Poco después contacto con Miguel, EA1DMP, desde Ávila.
La libreta se me mojó. Se desdibuja la tinta

Son las tres y media cuando atiendo al último corresponsal: SV2OXS, Christos, desde Grecia. La nieve sigue amenazando y no es cómodo trabajar en estas condiciones. Llevo ya cincuenta minutos de radio sin parar. Ya tengo muchos QSO y no me parece oportuno probar la banda de 40 metros. Así que aviso QRT, apago el equipo y empiezo la recogida.

No es fácil recoger. Hay que tener cuidado de que los equipos no se mojen más, la libreta, los cables, las cuerdas. Tendré que poner todo a secar en el coche y en casa. Me lleva un buen rato meter todo en la mochila con orden. Ahora nieva un poco más, pero con copos muy finos. Compruebo que no me he dejado nada en la cumbre y emprendo el descenso. Vuelvo sobre mis pisadas hasta llegar a la pista. 
Vuelvo sobre mis pasos. La cumbre está ahora totalmente cubierta por la niebla

Una vez en la pista, el descenso es mucho más rápido. No hay más nieve que antes y se camina cómodo. A medida que voy descendiendo, desaparece la niebla. Pronto veo hacia el norte que a lo lejos hay claros en el cielo. Pero aquí está cayendo un lluvia muy fina que apenas moja.

Un poco más abajo, vuelve a desaparecer la nieve del suelo. Me encuentro de nuevo con las vacas. Bajo bastante rápido y contento por la nueva activación. Pero tengo miedo de que se ponga a llover con intensidad. Sorprende ver el cielo azul unos kilómetros más allá.
Claros en el cielo más al norte. En el monte los colores del otoño

Sigo el descenso sin pararme. No he comido, pero no quiero arriesgarme a parar. En cualquier momento puede empezar a llover. Cruzo de nuevo el arroyo caudaloso y llego al pueblo. En el coche me cambio de calzado y saco las cosas de la mochila para que se sequen. Antes de acabar cae un pequeño chaparrón. ¡Llegué a tiempo! Ahora puedo comer tranquilo en el coche.

En casa saqué todo para que se secara. No ha habido ninguna avería. La excursión me gustó mucho. En condiciones normales es muy sencilla, aunque con cierto desnivel. En el recuento salieron nada menos que ¡58 QSO! Estuvieron todos los corresponsales habituales: IK1GPG, EA2DT, IK2LEY, EA1AV, EA1IC, EA7GV. Vamos una activación muy completa y emocionante.
Mapa de comunicados (QSO)

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