lunes, 14 de agosto de 2023

SOTA Altos de la Rasa

 El segundo sábado de agosto, sin más compromisos ni compañía, decido subir los Altos de la Rasa, una cumbre sencilla por la que ya he pasado una vez. Su referencia sota es EA1/LE-221 y tiene una altura de 1944 metros. Digo que ya había pasado por aquí, porque en agosto de 2018 había ascendido el Alto de la Burneta, una cumbre muy cercana a esta de hoy. Su referencia sota era EA1/LE-112 y tiene 1937 metros de altura. Digo era, porque en la revisión de cumbres de mayo de 2020 perdió su condición de cumbre sota en favor de la que asciendo hoy. En aquella ocasión, me sorprendió que la cumbre sota no fuera los Altos de la Rasa. Hay muy poca diferencia de altura entre las dos cumbres.

Altos de la Rasa. Cumbre alomada y sencilla

El lugar más sencillo para la ascensión es el pueblo de Casasuertes. Hay que pasar Riaño, seguir hacia el puerto del Pontón. Una vez pasado Vergacerneja, tomamos un desvío y tras seis kilómetros por una carretera estrecha, llegamos a Casasuertes. Allí termina la carretera. Un pueblo pequeño metido en el fondo de un valle por el que discurren las primeras aguas del río Orza. Al final del pueblo hay sitio amplio para dejar el coche bien aparcado.

Inicio del camino por la pista que remonta el río Orza

Aquí mismo se inicia una pista recién reparada y en muy buen estado que avanza hacia el este remontando el río Orza. El día es caluroso, a pesar de estar a 1300 metros de altura. En el cielo se alternan nubes pequeñas y claros. Los primeros dos kilómetros discurren casi horizontales, con muy poca pendiente. Se agradece para ir calentando músculos. Tras un giro hacia el sur, empieza ya la pendiente. Al principio las laderas están llenas de retamas con algunos árboles como abedules o servales.

Primeras pendientes del camino. Siempre por una pista en muy buen estado

Pero pronto entro en un hayedo. El hayedo siempre es un bosque bonito, con sus hojas caídas de color pardo y algún arroyo que mantiene la humedad. La pendiente es fuerte y casi constante. Algunos tramos cortos, más pendientes todavía. Pronto el sudor cubre mi cara. El calor y la humedad del hayedo hacen la marcha bastante penosa. Mi anterior ascensión, en un día más cálido que hoy, fue realmente dura. Pero hoy vengo preparado. Llevo un gel energético, ya un poco pasado de fecha. Me lo tomo. Por otro lado, me quito la gorra, en la sombra del hayedo no me hace falta.

La pista cruza un hayedo. La pendiente suele ser más fuerte

Sigo caminando. Al poco tiempo parece que el gel hace efecto. Asciendo, acalorado, pero sin dificultad. Incluso bastante rápido para la pendiente que encuentro. La pista da giros por la ladera, siempre cuesta arriba. En ocasiones con menos pendiente. En uno de aquellos giros, salgo del bosque. He ganado bastante altura. Ahora tengo a mis espaldas, a lo lejos, las cumbres altas de los Picos de Europa, y debajo el amplio valle del río Orza rodeado de grandes montañas. Hasta ahora el bosque no me permitía ver el paisaje.

El valle del río Orza. Al fondo, entre nubes, los Picos de Europa

La pista sigue ascendiendo hacia el sur. A lo lejos se vislumbran los Altos de la Rasa. Poco después vuelvo a entrar por un pequeño tramo más alto del mismo hayedo. Al salir del hayedo veo la pista que sube por la ladera en zig-zag y la cumbre suave que es mi objetivo. En las laderas hay al principio retamas, pero más arriba solo hay hierbas altas ya amarillas por la falta de lluvia.

La pista sube haciendo curvas por la ladera de los Altos de la Rasa

Un poco más arriba, en una curva del camino, veo sobre una roca un animal. Parece un cervatillo con sus grandes orejas. Me voy acercando con cuidado, procurando no espantarlo. Consigo hacer un par de fotos a cierta distancia. Cuando estoy a unos treinta metros, de pronto veo que bajo las rocas sale corriendo la madre. El cervatillo desaparece tras ella en un segundo. Incluso me asustó. No la había visto. En la foto no se la ve en absoluto.

Cervatillo entre las rocas. Ni rastro de la madre, oculta debajo

Sigo para arriba. En estas alturas ya sopla un poco de viento y el ascenso es más agradable. La cumbre está cercana. Poco antes de un collado que hay antes de la cumbre empiezo a recibir los mensajes en el móvil. ¡Por fin estoy en zona de cobertura! Ni en el pueblo, ni en todo el camino hasta ahora había tenido cobertura móvil. ¡Podré enviar mensajes y ver el clúster!

Más alto sobre el valle, destacan más los Picos de Europa

Ya he tomado bastante altura. Detrás de mí los Picos de Europa destacan más sobre el valle. Al oeste veo entrar nubes desde el norte que se deshacen al superar las montañas. Ya tengo muy cerca mi objetivo. Pero esos metros finales se hacen más largos. Por fin llego a la altura de la cima. La pista pasa a pocos metros. Lo primero que me sorprende es que al sur solo se ven más montañas, no el valle de Riaño. Hacia el suroeste destaca la mole del pico Espigüete, en el norte de Palencia. Junto frente a mí, la loma del Alto de la Burneta con la pista que llega hasta su cima.

A lo lejos, destaca la pared del Espigüete. Muy cerca el Alto de la Burneta

Las vistas chulas están al norte. Desde aquí destacan los Picos de Europa por encima de otras cimas más cercanas. Por todo el norte van entrando nubes desde Asturias. A llegar a la meseta se deshacen. A lo lejos, más allá, se aprecia un mar de nubes. La propia cumbre en la que estoy es una zona casi plana con pequeñas piedras y muy poca vegetación. Hay sitio de sobra para instalarse

Panorámica desde los Altos de la Rasa

La ascensión me llevó dos horas y cuarto para seis kilómetros de recorrido y 700 metros de elevación. Bastante rápido. Son casi las tres de la tarde y no he comido. De todos modos, quiero intentar contactar con cualquier otro activador en alguna cumbre. Instalo la antena sobre una retama y ayudado por tres cuerdas. Hoy he traído una antena slim para la banda de dos metros que nunca he probado. La sujeto a la caña, junto con al habitual end feed de HF. Preparo el equipo completo. Pero no veo ningún activador en mis bandas a esta hora. Así que es hora de reponer fuerzas y tomarme el bocadillo. ¡Que buena falta me hace!

Todo el equipo listo. Al fondo derecha, mar de nubes desde Asturias

Antena slim
Talky y slim
Al terminar de comer, antes de ponerme en HF, aviso a los colegas de León. Llamaré en la banda de 2 metros. Es el momento de probar la nueva antena. Conecto el talky y hago unas llamadas. Pronto me responde EB1CON, Manuel, desde el norte de Palencia, cerca de Aguilar de Campoo. Me llega muy bien, aunque él me da un 51. Mientras converso con él, escucho a Rubén, EA1IC, que llega a tope. Él me da un 59+20. ¡Y yo que dudaba de poder escucharle! Antes de retirarse, probamos con una antena larga de las de talky. También nos escuchamos, pero ahora él me pasa un 55, 56. ¡Hay mucha diferencia! Aunque hago algunas llamadas más en esta banda, nadie me responde.

Es el momento de ponerse en las bandas de HF. Me pongo en la banda de 20 metros y busco una frecuencia libre. Tras unas llamadas, la primera respuesta viene de OK1FMJ, Josef, desde la República Checa. El segundo en responder es un clásico: Jan, OK2PDT, desde el mismo país. Después siguen respondiendo de toda Europa: Suiza (muchos), Alemania, Bélgica, Francia (muchos también). Hoy las señales son más fuertes que las últimas semanas. Parece que la propagación ha mejorado.

Estoy bastante entretenido y no tengo prisa, así que disfruto del momento. Van respondiendo de toda Europa sin demasiados jaleos. Ningún español. Esto es lo normal. En media hora completo 29 QSO, a uno por minuto. Cuando me quedo sin corresponsales, paso a la banda de 40 metros. 

El lugar de transmisión con los Picos de Europa al fondo

Antena y nubes
Son las cuatro y media de la tarde. Vuelve a ser un sábado caluroso a la hora de la siesta. ¡Puede que no tenga muchos corresponsales de España! Tras unas cuantas llamadas, me responde en primer lugar Manuel, EA2DT, desde Pamplona. Después de varias llamadas me responden dos o tres corresponsales más. Entre ellos Agustín, EA1AV, que hoy está en León, y siempre pendiente de mis aventuras. Ya con intención de acabar, me llama Massimo, IK1GPG, desde Italia. Hoy no han faltado ninguno de los más habituales: Manuel, Agustín y Massimo.

Me canso de llamar en la banda de 40 metros y no hay respuestas. Se acercan las cinco de la tarde. Es buena hora para recoger. ¡Pero hoy no he conseguido ningún comunicado de cumbre a cumbre! Miro el clúster y veo que en la banda de 20 metros está DL1GKC/P, Chris, en una cumbre alemana. Sintonizo su frecuencia y le escucho razonablemente bien. Tras unos intentos, conseguimos completar el comunicado. ¡Hoy ya llevo un sota to sota!

Ahora sí. Apago el equipo. Pero antes de recoger, aviso por mensajería y hago unas llamadas en la banda de dos metros. Esta vez nadie me contesta. Así que desmonto todo, recojo los equipos y empiezo el descenso. 

Al sur el cielo está despajado casi por completo. En cambio, el norte sigue con su mar de nubes intentado conquistar infructuosamente la meseta. El paisaje es espléndido. En cuanto desciendo un poco y el viento deja de soplar, me sorprende el profundo silencio del valle. Escucho cualquier mosquito que vuele cerca. 
Al inicio del descenso sigo viendo el mar de nubes

Lógicamente, la bajada es mucho más rápida y cómoda que la subida. Ya voy por terreno bien conocido, me detengo en la roca donde estaban los ciervos. En efecto, hay huellas suyas. Llego al hayedo. Se agradece la sombra. Al salir del bosque, siento la agradable brisa que se ha levantado por la tarde.
Bajo el pico, en la pradera, una cabaña de pastores
 
Una vez llegado al fondo del valle, a la altura del arroyo, sigo por terreno casi llano. Ahora la pista se me hace larga. Son dos kilómetros con ganas de alcanzar el coche y descansar. Llego al coche a las siete de la tarde. Justo en horario que había previsto. Hoy ha sido una excursión muy agradable, a pesar del esfuerzo y del calor.
Mapa de comunicados desde los Altos de la Rasa

Finalmente fueron 36 QSO: 29 en la banda de 20 metros, con uno de cumbre a cumbre; solo 5 QSO en la banda de 40 metros y dos más en la de 2 metros. Y 198 cumbres únicas. ¡Ya queda poco para las 200!

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