martes, 3 de septiembre de 2024

La Cernella desde Colinas pasando por el Catoute

 La pasada semana hemos tenido un tiempo inestable, con lluvias escasas pero alguna tormenta fuerte. El único día para el que se esperaba buen tiempo era el domingo. Ya tenía previsto salir con un amigo ese día, para activar una cumbre en Babia. Pero el día anterior, este amigo me dice que no puede acompañarme. Sobre la marcha, cambio a un destino un poco más exigente: La Cernella, que con referencia sota EA1/LE-216, tiene un altura de 2117 metros. Esta es una cumbre nueva en sota desde mayo de 2020. Hasta entonces la cumbre válida era el Catoute, muy próximo, pero de "solo" 2112 metros. El Catoute lo había activado en septiembre de 2012. Ahora me toca subirlo de nuevo, pero de camino a otro objetivo.

Al pie del Catoute (a la izquierda). Al fondo La Cernella, un kilómetro más allá

Madrugué un poco y antes de las diez de la mañana inicié la marcha desde Colinas del Campo de Martín Moro Toledano. Un pueblo muy interesante perdido entre las montañas, con casas de piedra y tejados de pizarra. Hay que dejar el coche a la entrada del pueblo.

Al entrar en Colinas hay que pasar por este curioso arco

Se cruza buena parte del pueblo, y el puente sobre el río Boeza. Al pasar el puente, a la derecha se inicia el camino hacia el Catoute. El recorrido discurre por una pista amplia que remonta el curso del río. La vegetación es muy abundante y variada. A pesar de ser el primer día de septiembre, hay bastante verdor. No falta agua por estos parajes. La pista lleva al principio una pendiente muy suave. Se camina sin esfuerzo. El día está muy despejado, el sol todavía está bajo.

Inicio del camino, remontando el curso del Boeza

Unos seiscientos metro más allá, la pista gira ligeramente a la izquierda. Dejamos el curso del Boeza y remontamos ahora un afluente, el río Susano. La pista tiene un poco más de pendiente, pero sigue siendo una marcha muy cómoda. Enseguida descubro moras ya maduras. ¡Y están deliciosas!

La pista va cambiando de aspecto a medida que avanzo. Al principio era tierra, ahora es roca o grandes piedras, volverá a ser tierra o roca. También va cambiando la vegetación, siempre muy variada: robles, fresnos, retamas, abedules, zarzas, acebos, helechos...

La pista cambia continuamente de aspecto. Las montañas son imponentes

A medida que avanzo, el paisaje se despeja de vegetación. He partido desde los 1000 metros de Colinas y voy ganando altura poco a poco. Ahora me rodean montañas de aspecto imponente. El río queda por debajo del nivel de la pista de ascenso, pero siempre se escucha el rumor del agua. La temperatura es suave, se camina con gusto. El camino se va estrechando. En ocasiones los helechos cubren los márgenes del camino y casi hay que apartarlos para avanzar. De vez en cuando recojo algunas moras que me saben riquísimas.
Los helechos cubren los márgenes del camino

El camino es largo, al menos tres horas hasta el Catoute. Así que cada hora o así, hago una breve parada. Tomo algo para reponer fuerzas y sigo avanzando. Estoy en un valle amplio con imponentes montañas a los lados. La vegetación alrededor del camino va cambiando sucesivamente. Cada vez la pendiente es un poco más fuerte. Dejo a la derecha el camino que lleva a la laguna de la Rebeza. Ese será mi recorrido de descenso.
Cambia el paisaje, queda mucho camino hasta esa cumbre

La altura y el tipo de suelo va cambiando la vegetación. A partir de los 1500 metros desaparecen las moras. Algo más arriba las retamas van sustituyendo a los distintos tipos de árboles. La senda está siempre bien marcada y con abundantes hitos. El suelo es ahora de roca o grandes piedras sueltas. La senda se aparta del arroyo, pero de vez en cuando encuentro un curso de agua originado en alguna fuente de la ladera. En un punto sobre los 1700 metros de altura, la senda se divide en dos. Tomo, casi sin querer, la más directa hacia la cumbre. Ahora la pendiente es realmente fuerte. Cada poco tengo que parar para reponer fuerzas. Todavía estoy lejos de mi objetivo.
La senda, apenas perceptible, discurre sobre esa pared rocosa. Fuerte pendiente

Al principio del camino me adelantó un corredor. Ahora encuentro otro que ya desciende. Por detrás de mi va un grupo de montañeros. Esta montaña es muy conocida. Por fin consigo llegar al cordal de la montaña. Ahora tengo ante mí la cima del Catoute. A lo lejos, bastante lejos todavía, mi objetivo para hoy: La Cernella. El esfuerzo ha sido considerable hasta aquí, pero todavía me queda más de una hora de camino.
Ascenso al Catoute. Senda de grandes pedruscos

La subida final al Catoute es una senda bien marcada formada por grandes piedras sueltas. La pendiente es fuerte. Cuando llego arriba, encuentro un grupo de personas de distintas edades. En todo caso, soy el más viejo de todos. Se sorprenden cuando les cuento que mi objetivo está a un kilómetro de distancia, y que es algo más alto que esta montaña. Nadie conoce La Cernella. Es casi la una de la tarde, todo dentro de mis previsiones. Me tomo un buen trozo de empanada. Necesito reponer fuerzas antes de ir a por mi meta.
En la cumbre del Catoute, listo para la siguiente cumbre

Para llegar a mi meta, tengo que descender casi 100 metros. Es una destrepada delicada. No hay peligro, pero una caída aquí te puede hacer bastante daño. Superado el descenso inicial, la senda está marcada. Desde el Catoute se aprecia perfectamente el camino. No hay despiste posible.
La Cernella. Por la cresta se aprecia bien la senda de acceso

Ahora sigo la senda sobre la cresta. Rodeo algunas formaciones rocosas. Es un kilómetro de recorrido, todo por encima de los 2000 metros. De vez en cuando hecho la vista atrás. En la cima del Catoute siempre hay gente. Me lleva unos 40 minutos alcanzar mi objetivo. Es una cima alomada con hierba bastante seca y un montón de piedras formando una pequeña torre. También hay un cerco de piedras.
La cima de La Cernella

En este punto el paisaje es grandioso. Hacia el norte la Cordillera Cantábrica en la que destaca Peña Ubiña. A mi izquierda Valdeiglesias, una sota que tengo pendiente. Por detrás el Catoute, siempre con gente en la cumbre. A mi derecha Torres de Vizbueno, otra sota pendiente. Detrás destaca Arcos del Agua. Debajo, a poco más de 200 metros por bajo la cumbre, está la laguna de la Rebeza. Por allí descenderé.
Panorámica desde La Cernella. A la izquierda destaca el Catoute

Son las dos menos cuarto de la tarde. Han sido cuatro horas de ascenso. Voy cumpliendo los tiempos previstos. Lo primero es ver la manera de levantar la caña para sujetar la antena. Dentro del cerco de piedras y añadiendo unas cuantas más, logro sujetar la caña. Despliego la antena y preparo todo el equipo. A partir de los 1800 metros de altura he conseguido tener cobertura de móvil. En el pueblo no hay cobertura ninguna. En el clúster no veo actividad sota interesante, así que me pongo en una frecuencia libre y empiezo a llamar.

La primera respuesta viene de Alemania, DL1FU, Frid, un habitual que siempre llega muy bien. Poco después me llama Agustín, EA1AV, desde León. Llega muy bien igualmente. Esta vez hay pocas respuestas, no hay líos de todos llamando a la vez. La propagación está bastante cerrada. Hay una tormenta geomagnética que ha cerrado las bandas. Sigo llamando. De vez en cuando me contesta alguien de algún lugar de Europa: Italia, Alemania.
La antena en la cumbre de La Cernella

Hoy está esto muy parado, me canso de llamar y recibo muy pocas respuestas. De pronto escucho a F/HB9AFI/P, que se pone a llamar en mi frecuencia. Llega muy débil. La llamo, pero es evidente que no me escucha. Decididamente, hoy la propagación está fatal.

 Veo en el clúster que Javier, EA2GM/P, está activando EA1/AT-208, Paisano, o monte Naranco, su lugar habitual a la búsqueda de comunicados de cumbre a cumbre. Me pongo en su frecuencia y le escucho perfectamente. Le llamo y me contesta enseguida. Esta vez sin ningún problema. ¡Ya tengo un QSO de cumbre a cumbre!
Abajo la laguna de la Rebeza, más a la derecha, detrás de las primeras montañas una extensión amarillenta: el Campo de Santiago. A su derecha, al fondo, la cima de Arcos del Agua

Busco de nuevo una frecuencia libre y vuelvo a llamar. Solo recibo un par de respuestas de corresponsales habituales: G3VXJ, Bob, desde Inglaterra y IK2LEY, Fabio, desde Italia. Unas llamadas más y escucho a F/HB9AFI/P, Kurt. Esta vez es él quien me llama desde una cumbre de Francia. ¡Me ha escuchado! Llega muy flojo, pero podemos completar el QSO sin problemas. ¡Segundo comunicado de cumbre a cumbre! No está mal.

Como no recibo más respuestas, me paso a la banda de 40 metros. A ver si hay suerte. Tras unas cuantas llamadas sin respuesta, me anuncio en el clúster sota. Por fin alguien me responde: F4WBN, Christian, desde el suroeste de Francia, muy próximo a España. Este sí que llega fuerte. También me responden EA2DT, Manuel, desde Pamplona y de nuevo Agustín, EA1AV. No hay más respuestas. Son alrededor de las tres y media de la tarde. Quiero llegar pronto a casa, así que es hora de recoger.
Vista al norte desde La Cernella

Antes de retirarme, aviso por mensajes de que haré unas llamadas en la banda de dos metros. Me contestan tres personas desde León: EA1AV, Agustín, (un QSO en cada banda en la que he llamado), su hijo EA1AFB, Javier y EA1NY, Víctor. Aunque hago más llamadas, nadie más responde.

Con todo recogido, retomo la marcha por un camino que desciende hacia el norte. La senda está bien marcada, no hay despiste posible. Sigo hasta el collado y después desciendo hacia el este, buscando la laguna de la Rebeza. Es un recorrido circular que descendiendo por el valle del río Susano y enlaza de nuevo con el camino de ascenso.
En verde, mi recorrido. Subí por la izquierda, descendí por la derecha

El descenso es rápido, la pendiente es fuerte. Llego a la altura de las lagunas. Son dos lagunas pequeñas, la más pequeña apenas se ve a estas alturas del verano, pero no serán mayores en invierno. 
Llegando a las lagunas de la Rebeza

La senda pasa al norte de la laguna grande y después se divide en varias sendas más. Al principio tomo una senda equivocada, que me llevaría al Campo de Santiago o de Martín Moro. Pero quiero descender por el valle, siguiendo el curso del arroyo. Corrijo el rumbo. Llego a la senda que baja hacia mi destino. Aquí no hay árboles. Lo que hay alrededor son retamas pequeñas. La senda está clara y se desciende rápidamente y con relativa comodidad.
Senda de descenso por el valle del río Susano

Poco después el río se mete en un cañón bastante accidentado. La senda sigue por el lado izquierdo. En algún momento pierdo la senda, pero pronto vuelvo a ella. No se puede avanzar por este terreno fuera de la senda bien marcada habitualmente. De vez en cuando cruzo el río, aquí apenas es un arroyo. Quizá en invierno o primavera no sea tan sencillo cruzarlo. El descenso es relativamente cómodo, aunque la pendiente es importante. Decididamente, este podría haber sido un camino de ascenso más cómodo que haber pasado por el Catoute. 
Cascada y pequeña poza de agua muy limpia

En uno de esos cruces del río encuentro una pequeña cascada y una poza de, quizá, un metro de profundidad. El agua está muy limpia y transparente. Un baño aquí sería más que refrescante. Sigo mi descenso. El camino es largo, pero menos que el de ascenso. No en la parte más alta, pero sí a bastante altura, encontré, tanto en el ascenso como en el descenso, abundantes arándanos. Hay muchos, pero muy pequeños.
Valle del río Susano, por el que he descendido

Por fin enlazo de nuevo con el camino por el que subí al Catoute. Ya es terreno conocido. Pero todavía me queda como una hora hasta llegar al pueblo. De nuevo encuentro una gran variedad de plantas que va cambiando a medida que avanzo. Vuelvo a parar de vez en cuando para tomarme algunas moras. Hoy he hecho mucho ejercicio y necesito reponer energía. 
Moras maduras

Llego al coche poco antes de las seis de la tarde. Podré llegar a casa con tiempo. Ha sido una jornada muy exigente y agotadora. El recorrido total ha sido de más de 14 kilómetros y 1100 metros de desnivel. Estoy muy cansado. En cualquier caso el recorrido es muy bonito y variado. Desde el punto de vista de radio, no ha sido muy fructífero. Solo 14 comunicados: 8 en la banda de 20 metros y tres en las de 40 y 2 metros. Dos de ellos fueron de cumbre a cumbre. Tres de ellos con Agustín, uno en cada banda.
Mapa de comunicados

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